Un diamante ético hecho en laboratorio es un diamante que se ha creado en un entorno controlado de laboratorio, en lugar de ser extraído de la tierra. Estos diamantes se producen mediante técnicas de alta presión y alta temperatura (HPHT) o mediante deposición de vapor químico (CVD). Aunque los diamantes de laboratorio tienen las mismas propiedades químicas y físicas que los diamantes naturales, son mucho más asequibles y éticamente más responsables, ya que no implican la minería destructiva del medio ambiente y la explotación laboral. Por esta razón, cada vez son más populares como alternativa a los diamantes naturales.
Con toda transparencia, hemos optado por utilizar un diamante ético, formado en laboratorio, respetuoso con las personas y la naturaleza.
Aurélie Doublet, LUM founder
Evolución de las principales fuentes de extracción de diamantes y peso del sector «informal»
Los principales yacimientos de diamantes han experimentado un cambio significativo en los últimos siglos. Durante la Edad Media, las principales fuentes de diamantes eran India y la región del Golfo Pérsico. Con la llegada de la era colonial, Brasil se convirtió en un importante productor de diamantes.
Sin embargo, el descubrimiento del diamante en la región de Kimberley en Sudáfrica en 1867 transformó la dinámica global de la industria del diamante. Sudáfrica se convirtió en el principal productor mundial de diamantes, y una serie de empresas mineras multinacionales surgieron para explotar esta riqueza.
En la década de 1980, otros yacimientos importantes de diamantes fueron descubiertos en lugares como Australia, Canadá y Rusia, lo que supuso una importante competencia para Sudáfrica en la producción global de diamantes.
En la actualidad, los principales productores de diamantes son Rusia, Botswana, Canadá y Australia, aunque una gran cantidad de diamantes todavía se extraen en Sudáfrica.
Hay que tener en cuenta que sólo el 30% de los diamantes en circulación (o incluso el 20%, según las fuentes) se utilizan para joyería, mientras que el 70% restante se destina a la industria.
El sector informal es un factor importante en la industria del diamante. Los diamantes de contrabando que se extraen en minas ilegales y se negocian en el mercado negro son un problema importante en algunos países africanos, como la República Democrática del Congo. La falta de regulaciones y la explotación laboral también son comunes en esta industria informal.
La historia de los “diamantes de sangre”
Los diamantes de sangre son diamantes extraídos ilegalmente en zonas de conflicto y vendidos para financiar guerras y grupos armados. A finales del siglo XX, grupos rebeldes en países de África como Sierra Leone y Angola comenzaron a controlar las minas de diamantes y a utilizar a esclavos a trabajar en ellas. Los rebeldes vendían los diamantes a cambio de armas y fondos para sus actividades guerrilleras. La situación fue denunciada por ONGs y en 2003 se estableció el Proceso de Kimberley, un sistema de certificación que busca garantizar que los diamantes comercializados no provienen de zonas de conflicto. Sin embargo, el comercio ilegal de diamantes continúa existiendo. La historia fue contada en la película «Diamantes de Sangre» (Blood Diamond) protagonizada por Leonardo DiCaprio.
El Proceso de Kimberley y la voluntad de eliminar el tráfico de diamantes conflictivos
El Proceso de Kimberley es un acuerdo internacional que tiene como objetivo eliminar el tráfico de diamantes conflictivos y garantizar que los diamantes que se comercializan provengan de fuentes legítimas.
El acuerdo requiere que los países productores de diamantes establezcan sistemas de certificación que aseguren que los diamantes exportados son legítimos y no están financiando conflictos.
Sin embargo, varias ONGs y expertos han cuestionado la eficacia del Proceso de Kimberley, ya que se han registrado casos en los que los sistemas de certificación no han funcionado correctamente, permitiendo la entrada de diamantes conflictivos en el mercado. Además, también se ha cuestionado la capacidad del proceso para abordar otros problemas relacionados con la producción de diamantes, como la explotación laboral y ambiental en las minas.
A pesar de las críticas, el Proceso de Kimberley sigue siendo un importante mecanismo internacional para abordar el tráfico de diamantes conflictivos y garantizar que los diamantes que se comercializan sean legítimos.
El diamante ético hecho en laboratorio
La historia de los diamantes hechos en laboratorio se remonta a la década de 1950, cuando los científicos descubrieron que podían crear diamantes utilizando técnicas de alta presión y temperatura. A pesar de que los diamantes sintéticos inicialmente se producían solo para fines industriales, la tecnología mejoró en la década de 1980, y desde entonces se han utilizado para fabricar joyas de diamantes.
En el mundo de la joyería
Los diamantes hechos en laboratorio están ganando cada vez más popularidad en el mundo de la joyería, y por una buena razón. A diferencia de los diamantes extraídos de la tierra, son creados por humanos y no tienen impacto social negativo. Además, son significativamente más asequibles que los diamantes naturales, lo que los hace más accesibles para el consumidor promedio.
Los diamantes éticos hechos en laboratorio son una excelente opción para aquellos que buscan un diamante sin las preocupaciones y costos asociados con los diamantes extraídos de la tierra. Los diamantes extraídos de la tierra pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente y en las comunidades locales donde se extraen. Los trabajadores que extraen diamantes a menudo son explotados y mal pagados, y la extracción de diamantes puede causar deforestación, erosión del suelo y la contaminación del agua.
Además de los problemas ambientales y sociales, los diamantes extraídos de la tierra también pueden tener problemas éticos relacionados con la trata y el comercio ilegal de diamantes. Pueden ser extraídos en zonas de conflicto y ser utilizados para financiar guerras y grupos terroristas.
En contraste, los diamantes éticos hechos en laboratorio son producidos en un entorno controlado, lo que significa que no hay daño ambiental ni explotación laboral. Además, eliminan cualquier problema de diamantes de sangre, ya que no hay conflictos asociados con la extracción de diamantes.
¿Tiene la misma calidad que un diamante natural?
La calidad y la apariencia de los diamantes éticos hechos en laboratorio son idénticos a las de los diamantes extraídos de la tierra. Los diamantes hechos en laboratorio son creados utilizando las mismas sustancias químicas y procesos que los diamantes naturales, lo que significa que tienen las mismas cualidades físicas y ópticas. La única diferencia es que los diamantes hechos en laboratorio son creados en el laboratorio en lugar de extraídos de la tierra.
La elección de LUM: el diamante de laboratorio, un diamante moderno que desafía las reglas
El diamante de laboratorio es una joya moderna que ha desafiado las reglas tradicionales de la minería y el comercio de diamantes.
Los diamantes de laboratorio han dado lugar a una nueva era de joyería ética y asequible, y han cambiado la forma en que la gente compra y valora las joyas de diamantes.
LUM forma parte de esta visión vanguardista de la joyería, eligiendo formar parte de un futuro que revoluciona los códigos del lujo.