¿Por qué elegir oro de 18 quilates?
Queríamos explicaros un poco nuestra elección en cuanto al oro que utilizamos para crear nuestras joyas: el oro de 18 quilates. Como sabéis, el oro es resistente, brillante y no se oxida, ¡es definitivamente nuestro favorito!
El oro puro (u oro de 24 quilates) es el metal el más noble de esta familia, pero desafortunadamente es muy blando. Se utiliza sobre todo en Asia, en Europa solemos preferir el oro de 18 quilates (o 18K, o 750/1000), que es el resultado de una aleación con otros metales para endurecerlo o variar su color. Si añadimos un poco de cobre, obtenemos oro rosa. Con un poco más de zinc, plata o paladio, será oro blanco.
Os preguntáis seguramente ¿qué diferencia hay entre el oro de 9, 14, 18 o 24 quilates? (¡No es nada complicado, os lo prometemos!) El quilate es una medida de pureza de los metales preciosos en una escala de 0 a 24. Si en una aleación de 24 gramos hay 24 gramos de oro, entonces es una joya de 24K, o sea oro puro. Si encontramos 18 gramos de oro puro, es entonces una joya de 18K y así sucesivamente. ¡Cuidado! No se puede confundir con los quilates de los joyeros, que miden el peso de las piedras preciosas (en este caso 1ct es igual a 0,2g).
¿Hasta aquí está todo claro?
Ok, y ahora es cuando preguntáis… Pero ¿cuál es la diferencia entre el oro y los metales dorados? Empecemos con el vermeil, metal noble y estable, es plata de ley chapada en oro. Para que una joya sea llamada vermeil, debe tener una base de plata 925 y que el chapado tenga una capa mínima de 3 a 5 micras de oro. Hoy en día se utiliza el término “chapado en oro” para cualquier joya dorada. Pero para obtener una verdadera joya chapada en oro, es necesario depositar en ella un espesor de 3 micras de oro como mínimo. Un a micra representa una milésima de milímetro y se obtiene gracias a un baño de oro.
En LUM, la elección de este oro, el de 18 quilates, fue evidente, porque hemos optado por imaginar sobre todo joyas atemporales y duraderas, para llevar de día y de noche, tanto en la playa como en la ducha. Por tanto, el oro de 18 quilates nos parecía obvio, por sus cualidades hipoalergénicas, no oxidables y resistentes. (La lista es larga, pero estas son las principales)! Además, el oro se puede reciclar al infinito. Nuestro leitmotiv: ¡recicla joyas viejas para crear nuevas, en lugar de comprar!
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